Ana Lagunes

Ana Lagunes

Nací en 1985 en la ciudad de México, soy migrante por herencia y elección, principalmente entre Veracruz-Oaxaca-Chiapas-CDMX. Desde esta historia de vida en movimiento, he ido entendiendo el mundo, aprendiendo, ofreciendo mi escucha y acompañamiento, permitiéndome el cruce de fronteras sociales, geopolíticas e imaginarias. Para orientar mis andanzas, tengo como brújula los feminismos del Sur.

Me formé en psicología en la Universidad Nacional Autónoma de México, me titulé en 2010 con una tesis en la que analicé una metodología para trabajar con grupos de jóvenes desde el arte, a partir de la experiencia de intervención en una institución de asistencia e integración social de la Ciudad de México. 

Desde ese entonces hasta ahora no he dejado de aprender e integrar los procesos de creatividad y prácticas corporales con los conocimientos de la psicología, y otras metodologías de reflexión y creación participativas desde la educación popular.

Espacios significativos de formación para ello han sido las especialidades en: Expresión Corporal y Creatividad (La Maravilla Corporal), Teatro de lxs Oprimidxs (METOCA), Psicodrama (EMPS) y Estudios Críticos de la Salud Mental Colectiva (Instituto 17). 

La maestría en Educación para la Interculturalidad y Sustentabilidad (Universidad Veracruzana), fue un amoroso proceso para gestar conocimiento situado, en el que tuve la oportunidad de desarrollar una reflexión colectiva entre las personas que hemos sido parte de la defensa de derechos de las mujeres en situación de migración, poniendo en práctica los legados feministas para la investigación participativa.

Ese proceso tuvo un eco creativo maravilloso

Ana Lagunes

Amo el movimiento, el diálogo, el juego, el encuentro, la búsqueda… Para mi ha sido muy significativo encontrar espacios en los que cupiera y valiera mi existencia en toda su amplitud y singularidad, que me dieran herramientas para ampliar mis horizontes, expandir mi expresión y descubrir otras posibilidades de vida para mí.

En la década que llevo acompañando procesos personales, grupales y comunitarios he reafirmado que la capacidad creadora humana es una maravillosa esperanza en medio de panoramas y trayectorias de violencias y dolor.

Es posible habitar el mundo con dignidad y plenitud.